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En el Día Internacional del Trabajo, las más de 30 organizaciones sociales y sindicales que nos articulamos en la Red INSPIR América Latina y el Caribe alzamos nuestras voces con fuerza y convicción para exigir transformaciones estructurales que garanticen el trabajo decente, la protección social universal y la justicia social en nuestra región.
Los recientes informes de la CEPAL sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) revelan un estancamiento alarmante en el avance hacia el empleo digno, la igualdad de género, la reducción de la pobreza y la garantía de sistemas integrales de protección social. Este panorama no admite ambigüedades; exige respuestas urgentes, decididas y transformadoras por parte de los Estados.
A 10 años de la adopción de la Recomendación 204 de la OIT, denunciamos que la promesa de transición de la economía informal a la formalidad sigue siendo postergada. No se trata de una opción, sino de una deuda política y social. Urge implementar políticas públicas integrales, sostenidas en el tiempo y construidas con la participación protagónica de los movimientos sociales y sindicales.
Asimismo, frente a la creciente expansión del trabajo en plataformas digitales, denunciamos la precarización laboral que se oculta tras el discurso de la “flexibilidad” y que su falta de regularización reproduce desigualdades, debilita la organización colectiva y perpetúa la exclusión del acceso a derechos laborales y protección social. Exigimos que los Estados asuman su responsabilidad y regulen con urgencia estas nuevas formas de empleo, garantizando el pleno reconocimiento de los derechos de quienes trabajan en plataformas, con especial atención a la juventud, que hoy enfrenta un futuro laboral marcado por la inseguridad e inestabilidad.
Demandamos:
- La implementación de sistemas universales, públicos y solidarios de protección social.
- El reconocimiento del trabajo de cuidados como trabajo con derechos.
- Empleo digno para las juventudes, con formación, participación y derechos garantizados.
- A trabajo de igual valor, igual remuneración, conforme a los principios de la OIT, y la erradicación de toda forma de violencia y discriminación en el mundo laboral.
- Impulsar la Economía Social y Solidaria como una vía para formalizar el trabajo, generar empleo digno y promover un desarrollo sostenible,
- Transición justa ante la crisis climática, con justicia social y laboral.
- Regulación del trabajo en plataformas con enfoque de derechos y justicia social.
- Un diálogo social e institucional incluyente, efectivo y con participación de todos los actores, como pilar fundamental para el desarrollo social y sostenible.
De cara a la II Cumbre Mundial de Desarrollo Social, exigimos que nuestras voces se integren en los diferentes debates y que se asuman compromisos concretos para garantizar trabajo decente y protección social como pilares para una sociedad más justa, solidaria e igualitaria.
Por todo lo mencionado, reafirmamos que el trabajo decente con derechos, con igualdad de género, con justicia para todas y todos con protección social universal es la base innegociable de un nuevo pacto social en América Latina y el Caribe.
¡No hay justicia social sin trabajo decente y protección social para todas y todos!