La asociación Agakura nació de la ambición de su carismático fundador y coordinador, el Hermano Déo, de sacar a los niños de la calle. Hay varios centros activos en el país para que los jóvenes con dificultades (niños de la calle, huérfanos, niños que han abandonado la escuela o la familia) aprendan un oficio en diversos campos: cría de cerdos, fabricación artesanal de baldosas, horticultura, piscicultura, etc. Todos los proyectos se ejecutan con vistas al desarrollo sostenible: los niños no sólo participan en la producción de alimentos, sino también en la de bienes. Todos los proyectos se ejecutan con miras al desarrollo sostenible: las técnicas utilizadas evitan la erosión del suelo y son compartidas por los agentes de desarrollo. El objetivo es que los beneficiarios puedan poner en marcha sus propias actividades generadoras de ingresos, respetando el medio ambiente.